Desde que me he mudado, estoy esforzándome en ser más consciente de los residuos que genero, aunque todavía estoy a años luz de parecerme a personas como Mariana de “Cualquier cosita es cariño” o Ive y Tere de “Usar y Reusar”. Las sigo desde hace un tiempo y me maravilla el compromiso que han asumido con nuestro planeta. Sí, el de todos.
Una mudanza supone comprar muchas cosas que antes no tenías, sobretodo si ganas en espacio. Y después de varias semanas instalada, acabé medio sorprendida medio indignada, porque la entrada de mi casa siempre estaba llena de cajas de embalaje.
La mayoría de las marcas ponen muchos esfuerzos y recursos en conseguir captar la atención de los consumidores, en su satisfacción cuando reciben y usan el producto, pero, ¿y lo que ocurre después? Tal vez deberíamos empezar a tener más consciencia con lo que ocurre con estos envoltorios. Hay marcas que te llevan años de ventaja.
Así que después de investigar un poco, he descubierto un montón de ejemplos súper creativos en los que se ha tenido en cuenta hasta el último detalle. Si tu marca se mueve en entornos de ecología y sostenibilidad, no te pierdas este recopilatorio.
Una cerveza que mira por los animales marinos
Hace años que, si compro latas de alguna bebida, siempre corto el plástico que sujeta las latas antes de tirarlo a la basura. Muchos de estos plásticos acaban en el mar provocando serios problemas de salud e incluso la muerte de algunas especies marinas.
La marca de cervezas Saltwater Brewery con la ayuda de un grupo de científicos ideó una alternativa a las dichosas anillas de plástico: unas anillas biodegradables y comestibles. Así los peces pueden comérselas o incluso, acaban desintegrándose en el agua.
fuente: Vix
Un vino que ilumina tus momentos de desconexión
Esta idea me ha parecido de lo más original. Aunque reconozco que a mi me encanta todo lo que sea vino. 
El packaging de esta botella incluye una bombilla de bajo consumo y un cable con un interruptor para transformar el packaging en una sencilla lámpara. Una luz tenue que acompañará esa copita de vino al finalizar un dura jornada de trabajo.
fuente: Ciclus
Del almacén a tu armario
No estoy hablando de la prenda de ropa, si no de su envoltorio. Este diseñador ideó una caja de embalaje que sirve para mandar ropa por mensajero y el mismo embalaje se transforma en una percha para que puedas colgar la prenda, dándole así una segunda vida al embalaje.
fuente: Steve Haslip
Cómeme, llévame y plántame
Un mensaje claro y directo que comunican los propios envoltorios de este restaurante para veganos y vegetarianos. Un embalaje de papel reciclado con semillas de albahaca, orégano y perejil incrustadas e impreso en tintas ecológicas a base de soja y de origen vegetal.
Una vez te has comido el bocadillo, guardas el envoltorio y lo plantas para conseguir tus propias plantas culinarias.
fuente: Amelia Roblin
La pizza mejor en cartón
Con los amigos siempre solíamos hacer “martes loco”. Nos reuníamos en casa de uno y pedíamos pizzas para llevar. Solíamos usar la misma caja de pizza a modo de plato. Pero esta marca ha conseguido ir un paso más allá y con un sencillo troquel que divide la caja en 4 partes, podemos transformar la enorme caja en una más pequeña para guardar las sobras.
¿Quién no disfruta de un trozo de pizza un domingo de resaca? 
Pues mejor si lo envolvemos bien.
fuente: Green Box
Diseño ecológico vs Diseño sostenible
Como conclusión general podríamos decir que el cartón se sitúa como el “material estrella” a la hora de idear un packaging que sea capaz de captar la atención del consumidor preocupado con el medio ambiente, por ser mucho más ecológico que los otros materiales.
Sin embargo, te aconsejo tener bien clara la diferencia entre los términos ecológico y sostenible.
Mientras que el diseño ecológico mira por reducir al máximo el impacto medioambiental, ya sea en su fabricación, uso, desecho o reciclaje, el diseño sostenible tiene una visión mucho más amplia teniendo en cuenta tanto el impacto medioambiental, el económico y el social.
Para entender bien la diferencia y aplicado a los ejemplos comentados, en el caso de las anillas estaríamos hablando de una solución ecológica, pero habría que comprobar si los costes de fabricación del producto biodegradable resultan más económicos que la fabricación de las anillas de plástico. En caso negativo, no podríamos hablar de diseño sostenible. Solo ecológico.
El packaging de la botella de vino resulta ser una idea súper original que permite alargar la vida del envoltorio, pero a largo plazo y personalmente, podría suponerme un nuevo problema. Dejaría de tener la casa llena de embalajes, pero tendría la casa llena de lámparas que después se tendría que reciclar. ¿Reciclar una bombilla, un cable y un interruptor es más costoso que reciclar una simple caja de cartón? Diseño ecológico pero no sostenible. Aunque, ¡premio por la originalidad!
El embalaje que se transforma en una percha consigue ser una solución ecológica y sostenible, ya que evitamos tener que comprar una percha además de dar una segunda oportunidad al embalaje. Si su producción ha tenido lugar en una imprenta de proximidad o se han tenido en cuenta la mejora de las condiciones de los trabajadores, estaríamos hablando de un diseño 100% sostenible.
El diseño del envoltorio del bocadillo es 100% ecológico y podríamos incluirlo como diseño sostenible ya que estaríamos evitando el tener que comprar las plantas culinarias. Solo queda confiar en que su impresión no haya tenido lugar en una imprenta en China. Aunque viendo cómo han cuidado hasta el mínimo detalle confío 100% en que lo habrán tenido en cuenta.
Finalmente, para la caja de pizza podríamos hablar de un diseño ecológico y sostenible ya que, aunque un troquel resulta más caro de producir, una vez lo tienes te sirve para todas las cajas que produzcas. Así que a largo plazo saldría a cuenta.
Espero que con estos ejemplos te haya quedado más clara la diferencia entre diseño ecológico y diseño sostenible. Si todavía te queda alguna duda, te espero en los comentarios.
